Todo forma parte del aprendizaje, la enseñanza está viviendo una revolución con las nuevas tecnologías, pero uno de los métodos que no pasa de moda y siempre surge efecto es el de ir de excursión, porque fuera de las aulas también se aprende. De las excursiones se desprende un componente lúdico que favorece la investigación y curiosidad por el entorno y aumenta la motivación.
Nos vamos al Mercado de Colón y contemplamos en vivo y en directo la gran diversidad de alimentos existentes. Hemos distinguido, por ejemplo, los más saludables de los que no lo son tanto y sólo podemos consumir de forma ocasional.
En general, la justificación de la mayor parte de nuestras actuaciones es echarle imaginación y buscar cómo hacer del aprendizaje pura diversión, evitando la rutina y posibilitando la reflexión.
La convivencia fuera del aula y la interacción con personas ajenas al centro escolar contribuye al desarrollo de habilidades sociales, que son fundamentales para el desarrollo infantil.
La convivencia fuera del aula y la interacción con personas ajenas al centro escolar contribuye al desarrollo de habilidades sociales, que son fundamentales para el desarrollo infantil».
Como suplemento, se añade la contribución para la salud que conlleva toda salida, ya que diluye posibles hábitos sedentarios.
También ofrece una magnífica ocasión para mostrar el impacto medioambiental que pueden causar ciertas conductas negativas.
De vuelta a la Escuela Infantil, es el momento de analizar todo lo aprendido. Para ello comparamos, contrastamos, debatimos… la información dada en el aula anteriormente con lo que hemos observado en la salida, teniendo en cuenta la opinión de todos para llegar a una solución. ¡Es una manera muy divertida de poner punto y final a la excursión!
