No podemos negar el hecho de que el ajedrez ofrece una gran variedad de beneficios a cualquier edad, pero hacerlo en etapas tempranas permite desarrollar una gran cantidad de habilidades intelectuales y sociales:
- Análisis y síntesis: Analizar la amenaza del oponente y sintetizar la mejor respuesta
- Razonamiento lógico-matemático: Trabajamos conceptos direccionales, geométricos, orientación espacial, numéricos y seriales, de suma y restas…
- Control emocional: Deben controlar sus emociones, favorecer la paciencia y la perseverancia.
- Autoestima: Se aprende la importancia del esfuerzo para lograr objetivos, sabiendo ganar y perder.
- Responsabilidad: No pueden echar la culpa a nadie de sus errores.
- Creatividad e imaginación: Gracias a las posibilidades que da el movimiento de las piezas en el tablero.
- Organización: A través de la planificación de la jugada que se va a hacer con un orden
- Ética: Respetar las normas, aprender a ganar con humildad y saber perder con elegancia.
- Atención, concentración y anticipación: Exige estar atento y concentrado, así como aprender a anticiparse al oponente.
- Toma de decisiones: Sin consultar a nadie, tienen que aprender a tomar decisiones que pueden resultar definitivas.
El ajedrez educativo no busca formar ajedrecistas, sino que utiliza el juego como estrategia de enseñanza-aprendizaje para el fomento de la atención y la puesta en práctica de muchos valores, a la vez que se estimula el desarrollo intelectual, afectivo y lúdico.
Por ello, con nuestro método “Sirabún” se plantea un trabajo del ajedrez progresivo a lo largo de todo el ciclo de infantil.