Cómo afrontar un divorcio: VÍDEO
Informarle es tarea de ambos
- Deben ser los dos progenitores, si es posible, y buscando un buen momento, sin prisas y con tiempo suficiente para todas las emociones que van a aparecer.
- Lo que se les va a decir debe consensuarse antes. Si esto se hace bien los hijos van a sentir estabilidad y seguridad. Les podemos decir que ya no vamos a vivir juntos, que a partir de ahora viviremos en casas separadas.
- El cónyuge que vaya a dejar la casa debe hacerlo muy cercano a dar la noticia a los hijos, si no es así, estos pueden alimentar falsas esperanzas.
No derrochemos explicaciones. Menos es más.
- No daremos más información ni detalles de la que necesitan saber, es mejor dar una información muy básica y posteriormente responder a las preguntas que les surjan. Si lo que le pudiera contar no le va a aportar nada ni le va a servir de ayuda para superar la separación es mejor no decirlo.
- Las causas de la separación no siempre son terreno que se deba compartir con los hijos o por lo menos no en el momento de dar la noticia, no podemos pretender que asuman tanto a la vez. Debemos centrarnos en que vamos a seguir queriéndolos igual y nos van a tener siempre.
- Si los motivos no aportan óbvialos.
- Plantearemos la situación como algo definitivo, en caso contrario no lo asumirán y pensaran que es una situación provisional que se va a resolver. No podrán comenzar su duelo.
Lo importante no es el pasado, es el futuro
- Toda la información que dirijamos a los hijos debe ir enfocada a cómo será la vida diaria a partir de ahora, es decir, al futuro, cualquier intento de dar explicaciones innecesarias gira el tono del discurso hacia el pasado ¿qué pasó y por qué? ¿Podría haberse evitado?.. preguntas que, una vez tomada la decisión no tienen sentido y que proyecta el foco hacia el pasado cuando lo que necesitamos es reorganizar lo más rápida y limpiamente posible la cotidianeidad.
La familia no se rompe, se rompe la pareja
- Es importante que los hijos sean conscientes de que la familia no se ha roto, se ha roto la pareja. Para los hijos, la familia es el pilar fundamental de seguridad y estabilidad. Si viven la situación como una ruptura y por tanto pérdida de la familia esto les va a suponer una sensación de inseguridad e indefensión fuerte. Tenemos que dejarles claro que seguimos siendo una familia, que mamá y papá siguen estando ahí con ellos cumpliendo las mismas funciones que han tenido siempre.
- En ocasiones incluso se crean vínculos nuevos positivos, por ejemplo si antes teníamos poco tiempo para estar con los hijos o delegábamos en nuestra pareja el cuidado ahora vamos a posibilitar unos espacios de dedicación al 100%.
“No es tu culpa”
- Por su propia naturaleza los niños suelen ser egocéntricos y creen que es su conducta o sus acciones los que han provocado esa situación. Debemos dejar claro que la causa está en la relación de los adultos entre sí y no en la relación con los hijos.
Evita hablar mal de tu expareja
- Los hijos no pueden ser los receptores de nuestra descarga emocional, de nuestro resentimiento. Ellos quieren y necesitan a papá y a mamá. No podemos hacerles partícipes de nuestros resentimientos o nuestro desengaño.
- Los niños suelen apoyar a aquel que sienten más débil, aquel que ellos piensan que necesita más protección tras la ruptura de la familia. No podemos utilizarlos para generar bandos ni como arma arrojadiza para el otro. Haciéndolo siempre el que pierde es el hijo.
- La pareja que pasa por una separación puede necesitar ayuda para superar el proceso y llevar a cabo un duelo adecuado. Será necesario sacar afuera dolor, reproches, entender o aceptar ciertas cosas… Va a necesitar el apoyo de amigos, familia e incluso profesional pero nunca se debe buscar esa ayuda en los hijos, ellos también están pasando su duelo.
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