Los alumnos de 3º y 4º de ESO se enfrentan al llegar a estos cursos a una toma de decisiones que afectará en mayor o menor medida a su futura trayectoria académica.
Como toda elección, optar por una alternativa supone descartar otra. Esta situación, en muchas ocasiones, resulta estresante y complicada para cualquier adulto. Podemos imaginarnos fácilmente la cantidad de dudas e inseguridades que les genera a los adolescentes.
Es verdad que, en la mayoría de los casos, se trata de la primera decisión seria, responsable y meditada que tienen que tomar en su vida. Además, cómo decisión importante que es, va a tener consecuencias en su futuro a corto y medio plazo.
Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana.” Walt Disney
Es por ello que nuestros chicos y chicas deben de recibir un asesoramiento eficaz y razonable. Puede suponer para ellos algo tan sencillo y tan complicado a la vez como plantearse dónde estoy, dónde quiero llegar y analizar si la vía que estoy siguiendo es la correcta para mí.
¿Cómo podemos ayudarles en estos momentos?
La respuesta es sencilla, aplicando el sentido común, la buena intención y basándonos en unas cuantas premisas a tener en cuenta:
- Atendemos a las aptitudes. Una buena manera de ayudar a elegir es pensar en aquellas áreas dónde muestran más destreza.
- Preferencias: Nuestros hijos deben ser escuchados. De todos es sabido que el desempeño aumenta en calidad según aumenta la motivación y el interés.
- Hábitos: la disciplina de estudio, la constancia, el esfuerzo condicionarán, en la medida en que se posean, la elección de nuestros hijos. No todos están dispuestos a desarrollar carreras académicas muy costosas en esfuerzo, o no todos pueden soportar largas sesiones de concentración.
- Las aficiones: a veces estas las que nos dan las mejores pistas sobre el perfil profesional futuro por lo que pueden ser buenos indicativos.
- Es importante ser muy cuidadosos con el tema de la filiación. Es posible que nuestro hijo/a se esté guiando en su decisión por una trayectoria profesional familiar a la que se ve abocado, bien por presión, bien porque nunca se le ha ocurrido que puede dedicarse a otra cosa.
- Nuestro sueño no cumplido: nuestros hijos no serán los adultos que siempre quisimos ser, serán los adultos que siempre quisieron ser ellos. No es conveniente volcar en ellos aspiraciones y metas propias no cumplidas.